Los tamales de Magaly
- revistarimactradic
- 6 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Iniciamos una nueva sección con reconocidos personajes de nuestro barrio, quienes a diario con su talento y creatividad, nos deleitan con sus platillos, y sobre todo, nos hacen felices a través de sus negocios y emprendimientos. Y como no podía ser de otra forma, Magaly Silva, aquella que nos alegra las mañanas domingueras con sus tamales, se entregó abiertamente a nuestro rol de preguntas
¿Qué es lo que más recuerdas de tu infancia en el Rímac?
Mis visitas a “La Malatesta” una panadería que marcó historia, el olor a café, a chancay calientito que salía nos daba hambre, y mi madre siempre decía: “Primero hay que vender para después comer”, al terminar de vender entrabamos y me comía el cau cau, la gente llegaba temprano y había una cola interminable, el pan de piso era único. ¡Qué buenos recuerdos!
¿Recuerdas algún otro lugar o huarique conocido antiguamente que visitaban con tu familia?
Precisamente porque vendíamos tamales íbamos a “La Malatesta”, “El Manzano”, Don Julio en Flor de Amancaes, quien vendía unos chicharrones buenazos, eso marcó mi niñez, los sábados era mi cau cau y los domingos mi chicharrón, hasta ahora lo hago.
¿Cuál debería ser el plato que nos represente después del ceviche?
El tamal, porque yo veo las cantidades que vendo, el peruano es tamalero y me alegro que a los niños les estén transmitiendo esa tradición, por eso mis tamales no tiene picante, lo hago pensando en todos.
¿Cuál es el secreto de tus tamales?
Como siempre digo hacer tamales es como hacer el amor (risas), ponerlo así de rico, de todo, es ir yo misma a buscar los mejores insumos, el mejor maíz, disfrutarlo al máximo, darlo todo, es difícil encontrar un tamal con aceite de almendras, con aceite de ajonjolí, mis recetas son originales.

¿Cómo te iniciaste en este negocio?
Te cuento que yo quería ser cosmetóloga, pero mi madre enferma y murió muy rápido. Entonces suspendí mis estudios y por necesidad me puse a hacer mis tamales, me presté 50 soles de una vecina y comencé a prepararlos. Un día me dije tengo que hacer recetas originales y así inicié el tamal de pulpa de cangrejo y fue un éxito, así se dio inicio a todo. Hasta un libro me han hecho, la Universidad San Martin de Porres, se llama “Sabores y Sinsabores en el Mundo del Tamal: Magaly Silva” de Humberto Rodríguez.
¿Qué cosas te hacen felices?
Ser creativa, levantarme cada mañana y pensar qué tamal voy a crear, que voy a innovar. Y como madre enseñarle de la vida a mi hija, ella tiene 13 años y me ayuda, le gusta los postres, es mi complemento y me ayuda con el idioma cada vez que viajamos.
¿Qué cosas te ponen triste?
Me ponen triste recuerdos de mi niñez, lleve una niñez muy dura, padecí muchas cosas y hasta tuve tratamiento profesional para superarme, igual trato de no deprimirme, ser feliz y positiva para trasladar esa buena energía a mis recetas.
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